Foto:AGN
El edificio de la Capitanía del Puerto ya desaparecido, está lleno de contradicciones con respecto a su autoría, y los profesionales que se han dedicado a introducírlo en sus escritos parece que siguieron un patrón inexplicable de fuentes erróneas, no solamente por el hecho de tener una sola información no confiable , sino por que han sentado una base de la cual muchos historiadores e investigadores se han hecho eco, formando así una seguidilla interminable de textos confusos y engorrosos.
El primer edificio estuvo ocupado en una casa particular que el 3 de Noviembre de 1824 el gobierno ordena entregar al comisario de guerra.Es aquí donde se asienta primitivamente la Capitanía del Puerto que puede ser visualizada en la conocida litografía de César Hipólito Bacle de 1834.Allí se divisa que el edificio era de dos plantas sobre el Paso de la Alameda con varias banderas a modo de sistema de comunicación.
Esta edificio sería demolido para proyectar y edificar el nuevo, diseñado por arquitectos suecos que en este caso veremos a cual de ellos pertenece la autoria de los planos.
Los arquitectos Henrik Aberg y Carl August Kihlberg arribaron a Buenos Aires en 1869 trabajando conjuntamente en algunas obras que se vieron materializadas y proyectos que sólo quedaron en eso.
Como hemos dicho anteriormente, las "opiniones profesionales" están divididas sobre a quien verdaderamente pertenece el proyecto de la Capitania del Puerto que el Poder Ejecutivo mandó a construír bajo una ley dictada en 1872.
La mayoría se lo adjudica a Aberg, pero la existencia de planos en poder de algunas instituciones históricas llegan a convencer de lo contrario.
Los que se encuentran en el Archivo General de la Nación, no tienen firma alguna, pero los que están depositados en el CEDIAP (Centro de Documentación de lo que fuera el Ministerio de Obras Públicas), bajo el sello de la Oficina de Ingenieros Nacionales y el título "Proyecto de edifico para Capitania Central y el Telégrafo Nacional de Buenos Aires", figuran los planos firmados por "Carlos Kihlberg Arquitecto".
Aunque se encuentran en mal estado y con la contradicción de estar archivados bajo el nombre "Proyecto Aberg", están claramente firmados por Kihlberg.
Allí pueden verse un corte longitudinal, las plantas bajas, primero y segundo piso y las fachadas sobre el Paseo de Julio y 25 de Mayo.
En 1874 Aberg fue incorporado a la Oficina de Ingenieros Nacionales y cuando se inició la construcción de la Capitania al año siguiente, Kihlberg decide regresar a Suecia, lo que habla que la dirección de la obra estuvo a cargo de su compatriota Aberg, quien introdujo mínimas modificaciones sin alterar el proyecto original.
Kihlberg retornaría a la Argentina luego de largos trece años, cuando su ex socio Henrik Aberg se alejaba definitivamente del país para radicarse en Europa.
La construcción
Luego de demoler el edificio antes mencionado se procedió a dar inicio a las obras de la nueva Capitania del Puerto y Telégrafo Nacional.
Edificado sobre la barranca constaba de dos frentes, el más alto que daba sobre el Paseo de Julio (Av.Alem) de dos pisos y planta baja rectangular correspondiente a la Capitania frente al muelle de pasajeros y el otro con un amplio sótano, planta baja y primer piso sobre la calle 25 de Mayo para el Telégrafo Nacional.Los dos edificios estaban claramente divididos para funcionar independientemente.
Lo que se hizo fue parcelar el terreno en dos solares desde la barranca quedando la Capitania con un piso más y el Telégrafo Nacional con una planta sepultada que utilizaron como un gran depósito que contenía ocho columnas por su parte central y dos claraboyas de vidrio para permitir la entrada de la luz natural.
Estaba marcada por una balaustrada de mampostería que cerraba una galería de circunvalación hacia las oficinas de la planta alta.Las aberturas interiores fueron diseñadas con arcos de medio punto, existían dos cajas de escalera que comunicaban pisos altos y bajos.El referente a la Capitania se solucionó entre un sector y otro del desnivel por una escalera y otra más pequeña en forma de caracol que llegaba hasta su remate.
El estilo dado al edifico corresponde al neorenacentista, la influencia italiana adoptada a su fachada sobre el Paso de Julio, da una lectura de arcadas de medio punto en su planta baja de mayor tamaño que forman una recova y otras de menores dimensiones para cada piso, rematada por pilastras corintias apareadas que alternan con las arcadas superiores.
Todo parecería indicar que la modificaciones realizadas por Aberg estando en la dirección de las obras, sólo se limitaron a motivos exclusivamente ornamentales.
Entre los planos firmados por Kihlberg y fotografías de la época se observa que fueron reemplazados el escudo, una pequeña cúpula, dos pináculos, un remate en punta de forma almenada y un frontis triangular por uno semicurvo.
El techo se convirtió en azotea y una balaustrada coronaba el cornisamiento de arcos y pilastras.Mencionaremos también que el edificio recibió tantos elogios como grandes críticas por sus supuestos "defectos insalvables".
Desde sus orígenes fueron varias las denominaciones que recibió, primero fue Capitania Central de la República y en 1868, Capitania Central de Puertos, ya para 1877 se lo conocería por Capitania General de Puertos y en 1882, Prefectura Marítima.La denominación Prefectura Naval Argentina está impuesta desde 1969.
Foto:AGN
Obra colapsada, su abandono y posterior demolición
Con el edificio terminado e instalada las reparticiones al poco tiempo se verían en la necesidad de introducirle modificaciones de importancia; letrinas nuevas en los distintos pisos, caños para las cloacas y cocinas, desagotes, altillos, postigos para las ventanas, archivos, depósitos y algunas obras menores.
El rápido deterioro al que se vería expuesto el edificio corresponde concretamente a que fue construído cuando todavía en la ciudad no habían sido instalados los sistemas de obras sanitarias.
El tema de la higiene era preocupante y las nuevas construcciones estaban bajo la atenta mirada de la Municipalidad, atraves de Obras Públicas y la tecnología impuesta por los ingenieros.
El Dto. de Higiene, reorganizado en 1891, se instaló justamente en este edificio de la Capitania, lo que provocó con justa razón, la protesta de la Prefectura.Años después en una memoria de dicha repartición hacen alusión al estado lamentable que presenta el edificio y su necesidad de ensanche y refacciones urgentes, y que si a eso se le suma la instalación del Dto. de Higiene "que ocupa casi todo el edificio", sería necesario resolverlo desalojando dicho departamento o buscando uno adecuado para la Prefectura.
Con los años varias reparticiones más se instalarían en el edificio que terminaría por colapsar.De todas maneras se continuarían realizando reformas que no harían más que terminar de deformar la construcción sin ninguna solución concreta para la falta del espacio físico.
En 1895 la Prefectura pasó a un edificio sobre el mismo Paseo de Julio volviendo al año siguiente, para mudarse definitivamente en 1900.
Es así como la antigua Capitania se convertía, según consideraciones de la época, en algo"vetusto y en estado ruinoso", pasando a ser calificado como una construcción obsoleta, cayendo en el abandono.
Para 1912 una ley del Congreso autoriza transferir al Banco Hipotecario el malogrado edificio de la Capitania, ya que dicha institución poseía una construcción lindera y necesitaba expandir su territorio.
El acta de defunción de la Capitania del Puerto y Telégrafo Nacional, proyectada por Kihlberg y edificada por Aberg, fue firmada en 1914 cuando ya estaban presentados los planos para el nuevo edificio bajo la titularidad de la Compania de Seguros "la Sudamericana", posiblemente de billetes de banco.
El edificio actual pertenece al proyecto de dos arquitectos, el francés Louis Faure Dujarric (1875-1943) y el escocés Robert Russel Prentice (1883-1960), edificado en 1915.
Datos extraídos de :
Maria del Carmen Magaz y Daniel Schávelzon
El edificio de la Capitania del Puerto y el Telégrafo Nacional (Parte I y II)
Revista de la Junta de Estudios Históricos del Puerto de
Nuestra Señora Santa Maria del Buen Ayre y Barrio de Puerto Madero.
Año XVI.Nº24 y 25.
Octubre-Noviembre de 2002.
Excelente!!
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